“El artista Porta Missé es un pintor surrealista porque el hombre en cuanto tal, también lo es” (Luisa López Gasteiz). Sin embargo, se trata de un surrealismo muy personal, claramente diferenciado del resto de artistas de este género. “Su obra no se parece a nada ni a nadie” (Maria Lluisa Borràs). Porta Missé solo se parece a Porta Missé.

Gracias a su extraordinaria habilidad como dibujante, dominio del color, buen gusto por la composición y, sobre todo, una sorprendente e inagotable imaginación, Porta Missé puede hacer y pintar cualquier cosa que se proponga, sin límites.

Su obra resulta extremadamente variada y refleja una personalidad vital y optimista. Colores vivos y elegantes que transmiten fuerza y positividad. Composiciones armónicas y equilibradas. No hace una pintura fácil y decorativa para conseguir el éxito comercial, aunque le emociona y estimula que su mensaje llegue y sea apreciado por el espectador.

En definitiva, el trabajo de Porta Missé es absolutamente honesto, libre de ataduras, muy personal y consecuente con su forma de ser y sentir. Se deja llevar exclusivamente por su instinto y estado emocional del momento. Su pincel se mueve al ritmo que le marca su corazón.