Obras
En 1957 se trasladó a Mallorca. se instaló en la Masía de Can Coll, del siglo XVI, en Cala Major, muy cerca de donde vivía Joan Miró y con el que coincidía algunas mañanas. Alquiló un local en la Plaza Gomila, que era la zona del momento, donde se reunía toda la bohemia de la ciudad: artistas, escritores, intelectuales e incluso insignes miembros de la nobleza mallorquina, los “botifarres”.
La época de Mallorca fue una de las mejores de su vida. Por primera vez, pudo dedicarse plenamente a lo que más amaba: la pintura. Durante los cerca de 6 años de estancia en la isla Porta Missé trabajó intensamente, libre de ataduras, que dio inicio a su primera gran etapa como pintor profesional: La Época de los Insectos.
Fascinado por el mundo submarino pintó plantas y animales submarinos, bandadas de insectos, mosquitos, mariposas y seres extraños producto de su gran imaginación. Las características principales de las obras realizadas durante esta época son el empleo habitual de formas geométricas, equilibrio de la composición y la armonía y vitalidad del color.
En 1963 Porta Missé regresó a su Barcelona natal con una importante colección de cuadros que había pintado en Mallorca y a finales de ese mismo año su primera exposición “Insectos” en la Galería Gifré y Escoda.
Esta primera exposición tuvo un éxito tan extraordinario como inesperado y, por supuesto, no dejó a nadie indiferente. Obtuvo opiniones muy favorables por los más prestigiosos críticos de arte de la época como Juan Cortés (La Vanguardia 22/12/1963) como Pablo Vila Sanjuán (ABC 17/12/1963).
Porta Missé, probablemente animado por ese éxito, decidió volver a hacer las maletas y, a principios de 1964, se trasladó a vivir a Madrid. Su estancia en la ciudad fue muy gratificante y le permitió relacionarse con la nobleza e intelectualidad, siendo asiduo de las tertulias en el Café Gijón.
Durante este período realizó una importante cantidad de dibujos, acuarelas y gouaches que fueron la base de su exposición “Porta Missé” en las Galerías Fortuny, en febrero de 1966. En esta, su segunda exposición, se repitió el éxito no solo de crítica, sino también de ventas, lo cual le permitió emprender un proyecto mucho más ambicioso y su sueño de juventud, marchase a vivir a Londres.